Esencialmente, la meditación significa alcanzar un estado de “nada”. Es decir, sin pensar en nada, nadie y simplemente dejar que nuestras mentes estén en un estado libre.
El elemento más importante para lograr este estado es la concentración. Al centrarnos en nuestra respiración, naturalmente nos tranquilizamos y nuestra mente se relaja. Esto ayudará a alcanzar el objetivo de no pensar absolutamente nada.
Por lo tanto, cerrar los ojos y seguir la respiración no es meditación en sí misma, sino un paso importante hacia la meditación.
¡Aclamaciones!