La neumonía comienza como una tos seca pero progresa a una tos húmeda con moco amarillo, verde o rojo. Su tos puede estar acompañada de fiebre, escalofríos, dificultad para respirar o dolor al toser o respirar profundamente. Cada vez que tose el exceso de moco y flema, escúpelo en lugar de tragarlo, ya que tragar el exceso de moco puede causar irritación en el estómago.
La mayoría de las personas con neumonía pueden recuperarse de forma segura en el hogar tomando muchos líquidos y descansando. Sin embargo, en casos graves, en ancianos o en niños pequeños, la neumonía puede requerir hospitalización para recibir líquidos, tratamientos de respiración y oxigenoterapia. La neumonía puede ser causada por un virus o bacteria. Aunque a veces se administran antibióticos, no serán efectivos para la neumonía viral.
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