El autismo es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por la interacción social deteriorada, la comunicación verbal y no verbal y el comportamiento restringido y repetitivo. Los padres generalmente notan signos en los primeros dos años de la vida de sus hijos. Estos signos a menudo se desarrollan gradualmente, aunque algunos niños con autismo alcanzan los hitos del desarrollo a un ritmo normal y luego regresan. Los criterios de diagnóstico requieren que los síntomas se manifiesten en la primera infancia, generalmente antes de los tres años.
Educación
Las intervenciones educativas pueden ser efectivas en diversos grados en la mayoría de los niños: el tratamiento intensivo con ABA ha demostrado efectividad para mejorar el funcionamiento global en niños en edad preescolar y está bien establecido para mejorar el rendimiento intelectual de los niños pequeños. De manera similar, se ha encontrado que la intervención implementada por el maestro que utiliza un ABA combinado con un enfoque social pragmático del desarrollo es un tratamiento bien establecido para mejorar las habilidades de comunicación social en niños pequeños, aunque hay menos evidencia en su tratamiento de síntomas globales. Los informes neuropsicológicos a menudo son poco comunicados a los educadores, lo que genera una brecha entre lo que recomienda un informe y la educación que se brinda. No se sabe si los programas de tratamiento para niños conducen a mejoras significativas después de que los niños crecen, y la investigación limitada sobre la efectividad de los programas residenciales para adultos muestra resultados mixtos. La conveniencia de incluir a los niños con diferentes grados de severidad de los trastornos del espectro autista en la población de educación general es un tema de debate actual entre los educadores e investigadores.
Medicación
Muchos medicamentos se usan para tratar los síntomas de TEA que interfieren con la integración de un niño en el hogar o la escuela cuando falla el tratamiento conductual. Más de la mitad de los niños diagnosticados con ASD en EE. UU. Reciben medicamentos psicoactivos o anticonvulsivos, y las clases de medicamentos más comunes son los antidepresivos, estimulantes y antipsicóticos. Los antipsicóticos, como la risperidona y el aripiprazol, son útiles para tratar la irritabilidad, el comportamiento repetitivo y el insomnio que a menudo ocurre con el autismo; sin embargo, sus efectos secundarios deben sopesarse frente a sus beneficios potenciales, y las personas con autismo pueden responder atípicamente. Hay poca investigación confiable acerca de la efectividad o seguridad de los tratamientos farmacológicos para adolescentes y adultos con TEA. Ningún medicamento conocido alivia los síntomas centrales del autismo de las discapacidades sociales y de comunicación. Los experimentos en ratones han revertido o reducido algunos síntomas relacionados con el autismo al reemplazar o modular la función del gen, lo que sugiere la posibilidad de dirigir terapias a mutaciones raras específicas que se sabe causan autismo.
–Wikipedia