Una infección puede causar cansancio excesivo y, cuando es grave, una sensación de debilidad. Esto ocurre por el intento del cuerpo de combatir la infección y los efectos de los productos químicos que el cuerpo produce en respuesta a la infección. El tratamiento de la infección crónica con antibióticos, medicamentos antivirales u otros medicamentos por lo general trae alivio de la fatiga en cuestión de días o alivio de la debilidad en un par de semanas.
Cáncer, enfermedad cardíaca, insuficiencia cardíaca, diabetes y una serie de otras afecciones crónicas pueden provocar sentimientos de debilidad. La American Heart Association explica que la insuficiencia cardíaca causa cansancio, porque el corazón debilitado no puede bombear la sangre con la fuerza suficiente para satisfacer las necesidades del cuerpo. De manera similar, otras afecciones crónicas pueden dejar al paciente fuera de juego la mayor parte del tiempo. El tratamiento generalmente consiste en medicamentos, cambios en el estilo de vida, modificaciones dietéticas y, ocasionalmente, cirugía.