Sin abordar las implicaciones ontológicas, los cánceres infantiles generalmente se atribuyen a una exposición repetida o suficiente a carcinógenos y radiación. Las anomalías genéticas congénitas y en el útero también son las causantes.
Los sistemas infantiles son más sensibles a los carcinógenos no solo en términos cuantitativos (es decir, los carcinógenos acumulados tendrían un mayor efecto en un cuerpo más pequeño). pero su sistema inmune todavía está en desarrollo. La exposición regular a agua tóxica, aire, alimentos, radiación e inflamación crónica son algunos de los factores comunes. El desafío está en identificar aquellos factores actualmente indeterminados. Plásticos, edulcorantes artificiales, colorantes alimentarios rojos, cacahuetes (afla toxinas), corrientes eléctricas y de radio son algunos de los que se debaten, respaldados por estudios o no.
En términos de ramificaciones ontológicas, es una pregunta que pide respuestas de Dios. Pero muchos de los que preguntan ya lo han respondido ellos mismos en términos ateos.