Comparado con la conciencia de vigilia, noté que la conciencia de los sueños tiene un acceso limitado a la memoria, las emociones se fortalecen más rápidamente (como en una pesadilla, donde una ocurrencia bastante inocua puede parecer aterradora). También la fisicalidad mundana parece disminuida: las experiencias parecen carecer de mucha dimensión de masa y densidad o sentido olfativo. El sentido del tiempo se puede estirar o contraer, las ubicaciones y las personas pueden ser ambiguas y multivalentes, los temas pueden ser perspicaces y simbólicos … muchas diferencias.
El hecho de que la memoria esté corrompida o truncada es una característica tan poderosa de ambos, el soñar y recordar sueños que hace que sea difícil conocer la naturaleza de las experiencias de sueño que no son de sueño, si es que las hay. No podemos recordar no serlo, pero de nuevo, ¿cómo podríamos? Sin embargo, la facilidad con que pasamos de un estado a otro parece apuntar a un límite más permeable de nosotros mismos del que normalmente asumiríamos. Para una criatura tan aterrorizada de la muerte, nos contentamos con perder completamente la conciencia durante horas a la vez de forma regular.
