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La sinusitis es una agravación desagradable ya menudo dolorosa del resfriado común o la fiebre del heno, que resulta de la inflamación o infección de las cavidades óseas llenas de aire que rodean los conductos nasales. De acuerdo con Richard Barrett, ND,
Decano Académico Asociado del Colegio Nacional de Medicina Naturopática, en
Portland, Oregon, la presión negativa del oxígeno atrapado puede acumularse dentro de los senos paranasales, causando dolor extremo. Si esta hinchazón permanece por un período de tiempo prolongado, la naturaleza responde al llenar la cavidad sinusal con un fluido delgado que se excreta a través de los poros de la membrana mucosa. Esto se convierte en un medio ideal para el crecimiento bacteriano.
“Los síntomas clásicos de una infección sinusal son malestar general, fiebre, secreción espesa por la nariz, una voz nasal y dolor facial o dolor de cabeza que se agrava al inclinarse hacia adelante”, afirma el Dr. Barrett. Sin embargo, señala que solo un pequeño porcentaje de los resfriados progresa a la sinusitis.
Con la sinusitis crónica, la inflamación prolongada o repetida en los conductos nasales puede conducir a una degeneración de los tejidos que conforman la membrana mucosa del seno, lo que dificulta la capacidad de drenaje del seno. Los principales síntomas de esta afección son un dolor sordo sobre el seno afectado, congestión nasal persistente, secreción espesa, goteo postnasal crónico y disminución del sentido del olfato. “La sinusitis crónica rara vez es el resultado de un proceso infeccioso, aunque los pacientes corren el riesgo de episodios infecciosos agudos”, dice el Dr. Barrett.
Medicina alternativa, La guía definitiva,
El grupo Burton Goldberg, 1994
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