El acceso a los médicos de cabecera (médicos de familia) es difícil ya que el número está disminuyendo pero el envejecimiento de la población. Generalmente no se considera una crisis, sino que se está moviendo en esa dirección. Dicho esto, si puede encontrar un médico de familia, la calidad generalmente es alta.
Hay largas esperas para los procedimientos electivos, como los reemplazos de cadera o rodilla, y eso está empeorando.
La atención de emergencia generalmente es buena, al igual que el tratamiento de enfermedades de buena fe. La mayoría de los hospitales están bastante bien equipados.
Lo que sea que te pasa y el tiempo que tengas que esperar, no tendrás que pagar nada, excepto por algunas cosas como la fisioterapia y, en la mayoría de los casos, las drogas.
El sistema está empeorando, lo que pocos canadienses parecen dispuestos a enfrentar. En comparación con otros sistemas, constantemente cae un lugar o dos cada año. Al mismo tiempo, cada vez es más caro cada año. No se permite que la atención médica privada opere dentro del sistema, algo que diferencia al sistema canadiense de cualquier otro sistema público, excepto quizás el de Cuba. Este es un punto de desacuerdo enérgico entre los canadienses.
La entrega de servicios de salud es responsabilidad de las provincias, pero gran parte de la financiación proviene del gobierno federal, por lo que se producen muchas disputas entre ellos. El sistema se dirige a una crisis financiera; no es un caso de si, justo cuándo.