¿Cuál es el vínculo entre la vitamina D y la esclerosis múltiple?

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford y otro realizado en la Escuela de Medicina de Nueva Jersey han sugerido que mantener niveles adecuados de vitamina D puede tener un efecto protector y reducir el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple (EM). Otro estudio realizado en la Universidad de Maastricht en los Países Bajos y otros sugieren que para las personas que ya tienen EM, la vitamina D puede disminuir la frecuencia y la gravedad de sus síntomas. Se necesita más investigación para evaluar estos hallazgos.
Cuando una persona tiene EM, su sistema inmune ataca el recubrimiento que protege las células nerviosas. La investigación sugiere que una conexión entre la vitamina D y la EM podría estar ligada a los efectos positivos que la vitamina D tiene sobre el sistema inmune.
El vínculo entre la vitamina D y la EM se ve reforzado por la asociación entre la luz solar y el riesgo de EM. Cuanto más lejos del ecuador vive una persona, mayor es el riesgo de esclerosis múltiple. La luz del sol es la fuente más eficiente del cuerpo para la vitamina D, lo que sugiere que la exposición a la luz solar puede ofrecer protección contra la EM.
La detección de la deficiencia de vitamina D es importante para los afroamericanos y otros grupos étnicos con piel oscura, debido a la producción natural disminuida de vitamina D por la exposición al sol.
El Instituto de Medicina recomienda 600 unidades internacionales (IU) de vitamina D al día para adultos de 19 a 70 años. La recomendación aumenta a 800 UI por día para adultos de 71 años en adelante.
Algunos médicos cuestionan si estos niveles son adecuados y creen que obtener más vitamina D beneficiaría a muchas personas. Sin embargo, el Instituto de Medicina recomienda que los adultos eviten tomar más de 4.000 UI por día.
Si se le diagnostica deficiencia de vitamina D, puede ser conveniente usar hasta 50,000 IU por semana durante hasta tres meses hasta que sus niveles de vitamina D se vuelvan normales, y luego cambiar a una dosis de mantenimiento.
Dosis muy grandes de vitamina D durante un período prolongado pueden provocar toxicidad. Los signos y síntomas incluyen náuseas, vómitos, estreñimiento, falta de apetito, debilidad y pérdida de peso. Además, la toxicidad de la vitamina D puede llevar a niveles elevados de calcio en la sangre, lo que puede ocasionar cálculos renales.