Primero debe asegurarse de que lo que tiene en realidad es tiña (un tipo de infección por hongos) y no otro tipo de lesión en la piel como la psoriasis o el eczema. La mejor manera de hacerlo es consultar a su médico. Por lo general, los médicos de atención primaria pueden diagnosticar la tiña mediante un simple examen visual. Cuando no está seguro, pueden referirlo a un dermatólogo. La razón por la que ver a un médico es esencial es porque el tratamiento para la tiña es completamente diferente de la psoriasis (causada por una predisposición genética a la aberración de la piel) o eccema (término general para piel seca, escamosa y con comezón que puede tener una variedad de causas y tratamientos). Tratar cualquiera de estos con la metodología incorrecta solo agravará el problema.
La tiña, al tratarse de una infección fúngica, se trata con medicamentos antimicóticos orales o tópicos. Mantener el área afectada limpia y seca es crucial para evitar que empeore. También es muy contagioso, por lo que se debe tener cuidado para evitar que se propague o vuelva a ocurrir. Su médico determinará cuál es el mejor tratamiento para su caso particular.
En cualquier caso, no existe un “remedio casero” comprobado, confiable o de buena reputación para la tiña. Saltar al uso de cualquier remedio casero es pedir complicaciones innecesarias que pueden causar más daño a la piel y hacer un diagnóstico médico futuro más complicado.
