Úselo para envolver alrededor de una cucharada de fruta fresca picada (doblándola por la mitad sobre la fruta, o cubriendo una envoltura con otra). Selle los bordes con un poco de agua en un dedo. Cepille cada uno con un poco de mantequilla, espolvoree un poco de azúcar sin refinar o un chorrito de miel. Coloque sus pequeños “pasteles” en una hoja de papel pergamino y hornee en un horno a 350F por unos minutos (¿quizás 10?). Solo fíjate en ellos para asegurarte de que no se quemen. Deje enfriar antes de comer. Las fresas son buenas, pero también lo son los arándanos o frambuesas (uno o dos, y puedes dejarlos enteros), trozos de piña, duraznos / albaricoques / ciruelas, casi cualquier tipo de fruta funcionará.
La salud de este tratamiento es discutible, porque las albóndigas en sí no son muy nutritivas. Pero podría mejorar la calidad utilizando envolturas de trigo integral. Si no puede encontrarlos, hágalos usted mismo (busque en la web recetas de envoltorios de dumpling de granos enteros). El contenido de azúcar agregado es mínimo si eres juicioso con tu azúcar o miel; la fruta misma no necesita nada más que su propia dulzura natural.