Uno de los médicos que ha visto debería haber realizado una prueba que implique reducir la ingesta de líquidos y medir la concentración resultante de la orina. La falta de concentración de orina es emblemática de la deficiencia o insensibilidad a la vasopresina, que normalmente controla la reabsorción de agua por el riñón. (Esta condición se llama “diabetes insípida” y es muy diferente de la diabetes mellitus, un trastorno del metabolismo de la glucosa).
Si no se puede encontrar ninguna causa metabólica o anatómica de su sed nocturna, es posible que haya desarrollado el hábito de beber agua con frecuencia, que se ha auto reforzado hasta el punto en que siempre siente la necesidad de beber, o incluso se convierte en una obsesión. Pero esto debería ser lo último en la lista de posibilidades, no el primero.
