La buena noticia es que no tiene que realizar ningún cambio en su rutina. Solo presta atención a las personas que ya están en tu mundo: ¿cómo se sienten? ¿Qué les sería útil en este momento?
Habitualmente hacerse esas dos preguntas, y actuar sobre las respuestas (sin esperar nada a cambio), le dará infinitas oportunidades de amabilidad.