Cuando nazca su bebé, preste atención a los signos visibles más obvios de su salud, como si tiene o no todos los dedos de sus pies y sus dedos.
Sin embargo, en los primeros días críticos después del nacimiento, uno de los pasos más importantes que puede tomar para determinar la salud y el bienestar a largo plazo de su bebé será garantizar el desarrollo y el mantenimiento adecuados de su ecosistema interno.
Un ecosistema interno saludable es cuando los intestinos de su bebé tienen el equilibrio adecuado de microflora beneficiosa (buenas bacterias y levadura beneficiosa). La microflora juega un papel importante en la conquista de virus patógenos, bacterias y levaduras. Esta es la manera en que la Madre Naturaleza realmente “vacuna” a su hijo y fortalece su inmunidad para que pueda vivir de forma segura en este mundo. ¡Pero hay más!
Además de mantener los patógenos bajo control, la microflora también juega un papel vital para garantizar que su bebé digiere su leche. De esta manera, comenzará a prosperar con su nueva comida y comenzará a aumentar de peso rápidamente ahora que ya no está en su útero.
Debido a que su cerebro todavía está en desarrollo, su leche rica en nutrientes lo ayudará a alimentar su cerebro e influenciará su nivel de inteligencia por el resto de su vida. Y, lo que es muy importante, el calcio y el fósforo de la leche ayudarán a formar huesos y dientes fuertes y saludables.
El eslabón perdido en la salud de muchos bebés que nacen hoy es establecer la presencia de un ecosistema interno saludable donde la buena microflora supera a la mala.
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Para tener un ecosistema interno saludable, un bebé depende de su madre para inocularle microflora saludable al nacer. Si bien esto parece bastante fácil, la mala alimentación y los hábitos de estilo de vida han robado a las mujeres de hoy en día la microflora saludable, tan crítica para el ecosistema interno del bebé.
La buena noticia es que USTED está a cargo de su salud y puede preparar a su bebé, naturalmente , para la salud de por vida.
