En realidad, tener un bebé demasiado joven puede ser mucho más peligroso que a los 30. A los 30 años, el cuerpo de una mujer está completamente maduro, generalmente es más estable financieramente, tiene cobertura de salud y su sistema inmune y otros sistemas están en pleno boogie. Con atención médica competente, tener un bebé a los 40 años o más es eminentemente factible. El riesgo radica principalmente en la salud de la madre sin importar su edad y su acceso a la obstetricia de calidad.
Las personas se enfocan demasiado en el Síndrome de Down (en mi opinión), que es estadísticamente más común en bebés nacidos de madres mayores. El riesgo es aún relativamente pequeño, sin embargo. Si teme eso, entonces tiene que tomar algunas decisiones: ¿llevará el embarazo a término o no? ¿Va a optar por hacerse una amniocentesis para comenzar? Hay muchos niños felices de Down corriendo por ahí, así que si puedes lidiar con eso, puedes continuar hasta el final. No dejes que nadie te culpe por terminar porque “no es justo para el niño”. Y no dejes que nadie te avergüence por terminar si sabes que eso no es algo que puedas, o incluso desees, manejar.
A los 35 años, el riesgo de que su bebé tenga Síndrome de Down es de 1 en 350. Incluso a los 45, es solo 1 en 30, aproximadamente 3%. Sin embargo, el riesgo de tener un bebé prematuro es del 10% para todas las madres, y la prematuridad sigue siendo la principal causa de muerte en los bebés.
Ve a por ello.
