Estaban aumentando antes de Obamacare y continúan aumentando después de ella por las mismas razones:
- Creamos entornos en los que los estadounidenses son menos saludables porque comen en exceso, se ejercitan de manera insuficiente y están sujetos a demasiadas tentaciones para disfrutar de estilos de vida poco saludables.
- Hemos creado incentivos financieros masivos para que la industria de la salud aumente los ingresos y las ganancias brindando más atención, en lugar de centrarse en hacer que las personas sean más saludables y reducir la intensidad y la frecuencia de la atención.
- La industria de la salud ha sido magistral en la creación de una demanda de los consumidores para obtener tratamientos costosos para las condiciones que solían encontrar otras formas de abordar. La cirugía se usa para afecciones para las cuales funcionaría la terapia física o tratamientos alternativos. Los antibióticos de amplio espectro se usan en exceso. Muchos medicamentos de venta libre y recetados que se usan para tratar el dolor crean adicciones que aumentan el uso de analgésicos y, finalmente, hacen que las personas necesiten un tratamiento para el abuso de sustancias.
- Existe un incentivo perverso en nuestro sistema de salud en el cual los equipos nuevos deben ser utilizados para ser rentables, por lo que las pruebas de diagnóstico por imágenes se ordenan donde no deberían. Esto se llama “demanda impulsada por la oferta”.
- No penalizamos a los pacientes por el uso inapropiado del sistema de salud. Demasiadas personas usan departamentos de emergencia en lugar de clínicas sin cita previa. Demasiadas personas recurren a especialistas cuando deberían recurrir a médicos de atención primaria menos caros.
- Nuestros sistemas de compensación para médicos están equivocados. Pagamos en exceso a los especialistas que realizan tareas costosas y complejas y pagan menos a los médicos de atención primaria que brindan asesoría y consejos excelentes y conservadores que cambian los comportamientos para mejor.
Un desarrollo prometedor en Obamacare es la promoción de la “atención responsable”, que, de continuarse, cambiará la forma en que se paga a los proveedores, desde recompensar el volumen de atención para recompensar la calidad de la atención y mejores resultados de salud. Eso no es el resultado de las provisiones defectuosas de la reforma del seguro de Obamacare, sino de otras disposiciones que han recibido menos publicidad.
