Es un instinto transmitido por generaciones anteriores. Si observas cómo un perro hace su cama, verás que pisotean primero en un círculo, un instinto transportado desde que eran salvajes y necesitaban hacer una cama en la maleza.
Ahora se cree que los instintos son transportados por las denominadas epigenéticas, estructuras adjuntas a nuestro ADN que pueden transferir comportamientos de una generación a otra.
Sin tales instintos, los bebés no sabrían cómo respirar después de haber sido separados del cordón umbilical.
Sospecho que tener una tapa mientras dormía tenía una serie de valores habituales en el pasado, como la protección contra insectos y roedores, el calor y la privacidad.