¿El establecimiento médico llegará alguna vez a integrar curas naturales?

La industria de la salud y el campo de la medicina ha estado integrando la historia de la producción “curas naturales” de forma constante. Toda la farmacología se deriva de la experimentación con medicamentos “naturales” que fueron investigados y estudiados.

Digitalis, curare, penicilina, láudano, etc. son sustancias “naturales” que fueron cuidadosamente probadas e investigadas y se han agregado al conocimiento que utilizamos hoy para hacer que los medicamentos sean cada vez más efectivos.

Del mismo modo, la investigación ha estudiado y evaluado continuamente la eficacia de nuestras diversas actividades con respecto al cuerpo humano. Hemos descubierto que algunos ejercicios y manipulaciones físicas del cuerpo causan un gran daño, mientras que otros se han convertido en la base de la terapia física moderna y la ciencia del deporte.

Hemos aprendido a través de extensas pruebas que algunas técnicas populares como el método Bates para mejorar la vista o la terapia de radio pueden causar daño activo (o nada) mientras que otras terapias “naturales” como la percusión de tórax o la maniobra de Heinlich tienen un beneficio real y mensurable.

Gracias a la medicina moderna entendemos que no necesitamos beber cuerno de rinoceronte en polvo, cubrirnos con yeso mostaza, quemarnos los ojos con lentes y luz solar, etc. con la esperanza de mejorar nuestra salud. Probamos todo y nos deshacemos de lo dañino, lo tonto y lo ineficaz. Ese es el campo de la medicina.

Las cosas que llamamos “naturales” son aquellas que nunca se han estudiado o que se han encontrado que no son útiles. Todo lo demás se incorpora, comprende y utiliza como base para terapias “científicas” más efectivas, que toman lo que hemos aprendido y se basan en él.

Esas cosas ya no son “naturales”, son mejores.