Una enfermedad autoinmune es una condición en la cual su sistema inmune ataca sus propias células sanas. Los síntomas pueden variar mucho. Los síntomas iniciales tienden a ser dolor muscular, fatiga y fiebre baja. El síntoma “clásico” es la inflamación, que puede causar enrojecimiento, dolor, calor y, obviamente, hinchazón. También hay otros síntomas según el tipo de enfermedad autoinmune.
La mayoría de los que conozco son genéticos y se llaman síndromes. Cualquier otro que haya escuchado que no se llame síndromes todavía se cree que tiene una predisposición genética involucrada, incluso si los factores ambientales parecen desencadenarlo.
La enfermedad autoinmune no se debe confundir con tener un sistema inmune hiperactivo. La enfermedad autoinmune es como decir enfermedad autoinmune, porque el sistema inmune reacciona a las propias células sanas de una persona. Un sistema inmune hiperactivo puede causar alergias, que es cuando el sistema inmunitario ve ciertos cuerpos extraños que normalmente no serían demasiado inofensivos pero que reaccionan fuertemente contra ellos, como ciertos polen, aceites vegetales, alimentos, etc. Un sistema inmune hiperactivo también puede causa problemas digestivos porque el sistema inmune combate y destruye las bacterias en el intestino que normalmente lo ayudarían a digerir los alimentos. Mi esposo tiene alergias y problemas digestivos debido a un sistema inmune hiperactivo. Sus problemas digestivos están principalmente relacionados con los productos lácteos. Se sometió a pruebas genéticas y descubrió que no es intolerante a la lactosa, pero descubrió que tenía una disposición genética para un sistema inmune hiperactivo que mata todas las bacterias buenas en su intestino.
En los ejemplos proporcionados para un sistema inmune hiperactivo, el sistema inmune sigue luchando contra cuerpos extraños. Una enfermedad autoinmune lucha contra su propio cuerpo.
