¿Justa? No. Pero la regulación gubernamental (o la sanción social) es lo opuesto a la imparcialidad, y busca por completo eliminar la igualdad porque la igualdad es peligrosa para los intereses de algunas personas en algunas situaciones.
Existen varios argumentos a favor y en contra de la regulación de la disponibilidad del producto, desde los costos proyectados de la atención médica a las ideas sobre la seguridad personal hasta la aplicación de imperativos morales para mantener una población dócil y controlable y cantidades esencialmente infinitas de otras cosas.
Independientemente de los resultados actuales de estas batallas en evolución, su posición en ellos generalmente es la del consumidor, y los consumidores solo son buenos por su dinero (o capacidad para permitir una mayor generación de dinero). Equidad, lógica, seguridad, practicidad … todos estos son objetivos heréticos para el capitalismo que impulsa la disponibilidad del producto.