En los Estados Unidos, administrar un placebo en lugar de un medicamento recetado se considera tanto un fraude como una violación de su licencia médica. Cualquier farmacéutico que tenga dudas sobre si deben vacunarse contra la gripe debe rehusarse a aplicarse la vacuna y referirlo a su médico. Dar una inyección “falsa” los expondría a responsabilidad legal y se les revocaría su licencia médica.
El único lugar donde se daría una vacuna “falsa” es en el contexto de un ensayo médico, que incluye un consentimiento plenamente informado sobre la naturaleza del aspecto doble ciego de dicho ensayo médico.