La irritación hepática en etapa temprana (hepatitis) muestra muy pocos síntomas. Por lo general, lo único que vemos es una ligera elevación de las enzimas hepáticas (SGPT, SGOT, GGTP, y tal vez LDH y / o fosfatasa alcalina). Esto sucede porque las células del hígado están muriendo a una velocidad mayor que la habitual, y vierten sus contenidos intracelulares en el torrente sanguíneo. Cuantas más toxicidades, más muerte hepatocelular. Una vez que el nivel de inflamación aumenta lo suficiente, los productos normalmente procesados a través del hígado comienzan a acumularse en el torrente sanguíneo.
El primer culpable es bilirrubina. La bilirrubina es un producto de degradación de la hemoglobina. Requiere ser “conjugado” por el hígado, después de lo cual se envía a la vesícula biliar y se secreta en el intestino (dando a las heces su distintivo color marrón). Si el hígado está deteriorado, el nivel de bilirrubina no conjugada alcanza un nivel lo suficientemente alto, comienza a hacerse visible en la piel / grasa subcutánea y esclerótica o en el blanco de los ojos. Eso causa una decoloración amarillenta o naranja-ish.
La siguiente fase es cuando se reduce la producción de albúmina en el hígado (lo que resulta en una baja albúmina sérica). Como la albúmina causa presión osmótica coloidal (que atrae agua hacia los vasos sanguíneos), su ausencia provocará que se acumule líquido en las manos y los pies inicialmente. Si los niveles de albúmina continúan cayendo, la pérdida de líquido de los vasos ocurrirá en la cavidad del cuerpo (cavidad peritoneal). Esta acumulación de líquido se llama ascitis.
Algunos de mis pacientes dicen que pueden decir cuándo necesitan un programa de desintoxicación en función de cómo se sienten o un cierto tipo de dolor de cabeza que podrían comenzar a tener o incluso erupciones cutáneas. Dicho esto, para la mayoría de las personas, las primeras etapas de la hepatitis son en su mayoría asintomáticas.
*** El otro lado de la moneda es un hígado graso o congestionado o lento que algunas veces aparece como enzimas bajas (SGPT y SGOT menor de 14) en los análisis de sangre. También aparecerá en ecografías de diagnóstico, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas. No hay síntomas de un hígado graso. Sin embargo, generalmente implica diabetes o prediabetes o un problema al procesar los carbohidratos. Las personas sí tratan los hígados grasos con agentes lipotrópicos como colina, inositol y metionina, pero volverán si la dieta no se modifica.