La persona con diabetes tipo 1 ahora tiene un páncreas funcional que secreta felizmente insulina en su sistema sanguíneo.
Sin embargo, como ocurre con todos los trasplantes, existe un gran potencial de problemas. Principalmente está el problema del rechazo: como este nuevo páncreas proviene de otra persona, el sistema inmunológico del receptor intentará rechazarlo, por lo que se necesita un medicamento inmunosupresor. Además, existe el riesgo de complicaciones durante y después de la cirugía.
Con mucha frecuencia, los trasplantes de páncreas se realizan al mismo tiempo que los trasplantes de riñón porque el paciente tipo 1 necesita un trasplante de riñón, por lo que los riesgos asociados ya están allí.
