Cetirizine es un antihistamínico H1 de segunda generación (no sedante). En su rango de dosis normal, bloquea los receptores de histamina H1 fuera del SNC.
Pero en dosis tóxicas, puede atravesar el SNC y bloquear los receptores H1 en el SNC. Esto causa somnolencia. En los niños, el mismo mecanismo puede provocar efectos opuestos que inicialmente causan inquietud e irritabilidad, pero estos gradualmente darán paso a la somnolencia.
La mayoría de los medicamentos se metabolizan en el hígado; en caso de sobredosis, el hígado estará abrumado. Esto puede conducir a una lesión hepática. Del mismo modo, la lesión renal puede ocurrir debido a la abrumadora función del riñón para la excreción.
El principal problema con la cetirizina es que no existe un antídoto específico para tratar una sobredosis: el tratamiento debe ser sintomático o de apoyo. Para complicar más las cosas, la cetirizina no se puede eliminar por diálisis.
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