“No hago sueños” se puede tomar de dos maneras.
En primer lugar, “yo” no es el hacedor de los sueños.
En segundo lugar, al “yo” no le gusta recordar, discutir o describir los sueños que he tenido.
No tengo sueños significa que “yo” no recuerdo o recuerdo los recuerdos de los sueños que este cuerpo-mente ha experimentado, o, creo que nunca he experimentado el estado de sueño.
Ninguno de los dos es correcto, ninguno está mal, depende de las creencias y circunstancias individuales y de cómo su mente decide articularse o expresarse en el lenguaje.