la fiebre se considera una temperatura superior a 100.4 grados F (38 grados C). Sin embargo, una sensación febril puede ocurrir cuando la temperatura corporal está por encima del promedio normal de 98.6 grados F. (37 grados C).
La fiebre es parte del propio arsenal de lucha contra enfermedades del cuerpo. El aumento de la temperatura corporal aparentemente es capaz de matar a muchos organismos productores de enfermedades. Por esa razón, las fiebres bajas normalmente no deben tratarse. Aunque, si la fiebre está acompañada de otros síntomas preocupantes, es posible que deba consultar a su médico para estar seguro. Sin embargo, como las fiebres oscilan entre 104 F y más, puede haber consecuencias no deseadas, especialmente en los niños. Estos pueden incluir delirio y convulsiones. Una fiebre de este tipo exige un tratamiento inmediato en el hogar y luego atención médica. Las posibilidades de tratamiento en el hogar incluyen el uso de aspirina o, en niños, analgésicos que no contienen aspirina como paracetamol (Tylenol), baños fríos o esponjas para reducir la fiebre mientras se busca ayuda médica. La fiebre puede ocurrir con casi cualquier tipo de infección de la enfermedad. La temperatura se mide con un termómetro.
