La anemia se diagnostica por 1) los síntomas y la historia de su enfermedad, y 2) la obtención y el examen de una muestra de sangre extraída de una vena, generalmente en el brazo.
La muestra de sangre se envía a un laboratorio para lo que se denomina hemograma completo o CBC. El número de glóbulos rojos (RBC) se cuenta bajo un microscopio, y se determina el tamaño y la forma de los glóbulos rojos y la cantidad de hemoglobina que contienen.
También se examinará su sangre para ver qué proporción está compuesta de glóbulos rojos y cuánto es el suero o la parte líquida de la sangre para medir su hematocrito.
Toda su información es utilizada por su médico para diagnosticar la anemia y el tipo de anemia que tiene. El tratamiento se basa en el tipo de anemia que tiene, y puede incluir cualquier cosa, desde cambios en la dieta hasta transfusiones de sangre.