La contusión es por filtración de sangre de los vasos sanguíneos al tejido. Esto podría deberse a numerosos factores, incluidos traumatismos accidentales, envejecimiento o daño solar. De hecho, el daño solar podría causar un adelgazamiento gradual de la piel, haciendo que la piel sea más vulnerable al desarrollo de hematomas:
Crédito de la imagen: VisualDx (Visual Clinical Decision Support System (CDSS)
Ciertos medicamentos, como los esteroides, también pueden adelgazar la piel. El adelgazamiento de la sangre podría aumentar su propensión a hematomas. Los procedimientos quirúrgicos podrían causar hematomas en el sitio de la operación o en el sitio del cuerpo circundante.
La contusión es un fenómeno benigno y normal, y se resuelve espontáneamente. Para acelerar la recuperación, ciertos procedimientos de láser, como el láser de colorante pulsado, podrían usarse para apuntar a las proteínas de la sangre en el tejido. Este procedimiento debe ser realizado por un dermatólogo certificado por la junta, que utilizaría la configuración adecuada para el tratamiento. Si se usa la configuración incorrecta, el tratamiento con láser en sí mismo podría provocar hematomas.
La prevención de hematomas es clave. Comience a protegerse del sol temprano. Minimice el trauma usando ropa protectora en el entorno apropiado.