Las personas que tienen un tipo de sangre pueden formar proteínas (anticuerpos) que hacen que su sistema inmunológico reaccione contra uno o más de los otros tipos de sangre.
Estar expuesto a otro tipo de sangre puede causar una reacción. Esto es importante cuando un paciente necesita recibir sangre (transfusión) o un trasplante de órgano. Los tipos de sangre deben ser compatibles para evitar una reacción de incompatibilidad ABO.
Por ejemplo:
- Un paciente con sangre tipo A reaccionará contra el tipo B o tipo sangre AB.
- Un paciente con sangre de tipo B reaccionará contra la sangre de tipo A o de tipo AB.
- Un paciente con sangre de tipo O reaccionará contra la sangre tipo A, tipo B o tipo AB.
- Un paciente con sangre tipo AB no reaccionará contra el tipo A, tipo B, tipo AB o sangre tipo O.
La sangre tipo O no causa una respuesta inmune cuando se administra a personas con sangre tipo A, tipo B o tipo AB. Esta es la razón por la cual se pueden administrar células sanguíneas de tipo O a pacientes de cualquier tipo de sangre. Las personas con sangre tipo O se llaman donantes universales. Pero las personas con tipo O solo pueden recibir sangre de tipo O.
Ambas transfusiones de sangre y plasma deben combinarse para evitar una reacción inmune. Antes de que alguien reciba sangre, tanto la sangre como la persona que la recibe se analizan cuidadosamente para evitar una reacción. Por lo general, se produce una reacción debido a un error administrativo que hace que un paciente reciba sangre incompatible.