La humedad, o la cantidad de vapor de agua en el aire, es una variable de salud importante que es fácil pasar por alto … pero muy fácil de remediar. La humedad ideal generalmente se describe entre 40 y 60 por ciento, aunque algunos expertos creen que debería estar más cerca del 35-45 por ciento.
Cuando la humedad es más alta que esto, como es común en el verano, puede contribuir al crecimiento de moho, ácaros del polvo y hongos, lo que lo hace particularmente peligroso para las personas con asma y alergias. La baja humedad es igualmente peligrosa, sin embargo, e incluso puede llevar a serias complicaciones para su salud.
Con el tiempo, la exposición a baja humedad puede secarse e inflamar la membrana mucosa que recubre el tracto respiratorio. Cuando esta barrera natural ya no funciona correctamente, aumenta el riesgo de resfríos, gripe y otras infecciones. Además, en condiciones de baja humedad, ciertos virus pueden sobrevivir más tiempo, lo que aumenta aún más el riesgo de contraer una infección …