Tengo hipertensión pulmonar como resultado de una afección autoinmune llamada Sarcoidosis. Uso oxígeno cuando hago ejercicio y cuando estoy dormido.
Cuando me diagnosticaron en 2013, mis síntomas eran muy malos. Tuve dificultad para respirar incluso en reposo, estaba cansado todo el tiempo y probablemente dormí 20 horas al día y me desmayé varias veces. También tuve hinchazón en mis tobillos y piernas.
Desde entonces, debido al tratamiento en el Hospital de la Universidad de Stanford, estoy mucho mejor. He vuelto al trabajo y he vuelto a mi vida normal con modificaciones. Todavía tengo episodios de dificultad para respirar, pero no son tan severos como antes. Tomo Sildenafil y participé en una clase de Rehabilitación Pulmonar que marcó la diferencia.
La hipertensión pulmonar es una condición que requiere que participe plenamente en sus opciones de tratamiento y cuente con un excelente equipo de médicos y apoyo. Estoy bendecido porque tengo eso.
Mi consejo para cualquier persona que tenga esta afección o piense que es posible que busque un tratamiento médico de inmediato. No espere porque podría marcar la diferencia en sus opciones de tratamiento. Por más terrorífica que pueda ser esta enfermedad, lo que sería peor es lamentarse por haber podido hacer algo antes que pueda haber cambiado el resultado.
