Desde mi punto de vista sobre el terreno en Chengdu, el problema de la contaminación es sombrío. La geografía de la ciudad y la temporada de invierno tal vez tengan un impacto, pero los interminables días de capa amarilla gris y turbia en cuclillas sobre la ciudad tienen un impacto mental y físico. Pero a la mayoría de la gente no parece importarle. Existe una extraña habilidad para dar excusas por las cuales no es una gran preocupación. El más grande es comparar, en declaraciones como, “bueno, no es tan malo como Beijing o Shanghai”. Otra excusa viene en forma de broma: “Me gusta mi piel blanca, más días de cielo azul y me pongo negro”. “Nuestros centros comerciales nos protegerán de la contaminación”. Una buena manera de desviar el tema, y a sabiendas en broma, pero todavía dice algo sobre el nivel de cuidado, o la apatía, si se quiere. Otra excusa que escuché es “Simplemente no me doy cuenta”.
Muchas personas usan máscaras en la calle, la marca 3M y otros dispositivos de filtración eficientes, y muchas personas usan purificadores de aire en sus hogares. Pero la mayoría de las personas lo ignoran o no se preocupan por sí mismas. Parece que están bien con comparativamente no ser lo peor, capaces de defenderse de las preocupaciones con un sentido de orgullo mejorado, en su economía, y las autoridades no les han dicho que es algo que es una prioridad.