Escuchar música con auriculares tiene las mismas reglas que cualquier otro equipo que produzca sonido.
Por supuesto, no perderá ninguna audición al bajarla a alrededor de 50 decibelios, pero si la aumentó a 90 decibeles, las cosas se ponen peligrosas.
Una buena regla empírica es preguntarse: “¿La experiencia se vuelve más completa al subir, o puedo bajar el volumen?”
Entonces, no, los auriculares no son peores que los parlantes, un automóvil o una herramienta eléctrica. Se trata de juzgar cuándo es demasiado.