A veces huele. Supongo que si tuvieras un microscopio, podrías estar seguro.
Pero el problema aquí no es poder decir que el pollo está mal, sino poder decir que está bien.
Es perfectamente posible tener un pollo fresco que huele a pollo fresco y está muy contaminado. Siendo así, la nariz es un buen indicador, pero no confíe en ella. Compre buenos ingredientes frescos y prepárelos rápidamente. Si te preguntas si un ingrediente ha salido mal, la apuesta segura, y el único curso de acción que puedo recomendar con seguridad, es tirarlo.