Los cálculos renales son exactamente lo que parecen: pequeñas piedras que se forman dentro de los riñones. Se forman cuando las sales y los minerales que normalmente están en la orina se acumulan y endurecen.
Los cálculos renales generalmente se extraen del cuerpo al orinar. Pero a veces pueden atascarse en el camino de salida. Si eso sucede, las piedras pueden causar:
● Dolor en su costado o en la parte inferior de su vientre
● Sangre en la orina (que puede hacer que la orina sea rosada o roja)
● Náuseas o vómitos
● Dolor al orinar
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● La necesidad de orinar a toda prisa
El tratamiento de cada persona es un poco diferente. El tratamiento adecuado para usted dependerá de:
● El tamaño, el tipo y la ubicación de tu piedra
● Cuánto dolor tiene
● Cuánto estás vomitando
Si su piedra es grande o causa síntomas graves, es posible que deba permanecer en el hospital. Si su piedra es pequeña y solo causa síntomas leves, es posible que pueda quedarse en casa y esperar a que pase por la orina. Si te quedas en casa, probablemente necesites beber muchos líquidos. Además, es posible que deba tomar analgésicos o medicamentos que faciliten el paso de la piedra.
Las piedras que no pasan solas se pueden tratar con:
● Una máquina que usa ondas de sonido para dividir las piedras en pedazos más pequeños. Esto se llama “litotricia de ondas de choque”. Este procedimiento no implica cirugía, pero puede ser doloroso.
● Un tipo especial de cirugía que hace agujeros muy pequeños en su piel. Durante esta cirugía, el médico pasa pequeñas herramientas a través de los agujeros y en el riñón. Luego él o ella quita la piedra. Esto se llama “nefrolitotomía percutánea”.
● Un tubo delgado que ingresa a su cuerpo de la misma manera que sale la orina. Los médicos usan herramientas al final del tubo para romper o quitar las piedras. Esto se llama “ureteroscopia”.