Uno tiende a quedarse dormido si odia el trabajo que tiene que hacer mientras está despierto o cuando elude las responsabilidades. En tales casos, la mente encuentra un escape fácil en el sueño.
Controle usted mismo. Si su trabajo actual no es de su agrado, trate de encontrar algo constructivo, que lo haga cobrar vida. Después de encontrarlo, invierta las horas que está despierto para desarrollar su competencia en ese tema.
Ningún remedio mágico va a suceder. Puede consultar a un médico (curandero) que le prescribirá algunos medicamentos sin sentido y cargará una bomba por el mismo.