¿Por qué siempre me levanto unos minutos antes de que suene la alarma?

Los seres humanos son muy propensos a la “programación habitual”. Como una especie diurna (activa durante la luz del día, latente / dormida durante la oscuridad), las personas están naturalmente inclinadas a la actividad alternativa basada en un ciclo regular de 24 horas. Antes de la Revolución Industrial, el “disparador” para despertarse era la salida del sol, un estímulo tan profundamente arraigado que requería la creación del horario de verano, no mucho después de que los ferrocarriles estandarizaran el tiempo.

Al estar acostumbrado a despertarse en un momento determinado, anticipando el ruido perturbador de un reloj despertador, su cuerpo está naturalmente predispuesto a estar preparado para lidiar con él. Al no ser un “reloj de precisión”, hay una pequeña variación en cuanto a cuánto tiempo antes de la alarma se despierta su reloj interno, pero es bastante consistente.

La dependencia del cuerpo humano de los estímulos externos también es la razón por la que sufrimos de ‘jet lag’ y nos resulta difícil cambiar nuestros horarios.