Los anestesiólogos están capacitados para ofrecer un amplio espectro de sedación, que describimos como sedación leve / moderada / profunda y luego anestesia general.
Sedación suave: el paciente está tranquilo pero despierto. Imagina que tu amigo tenía una o dos cervezas, todavía te está hablando a pesar de que es algo tranquilo.
Sedación moderada: paciente dormido pero despierta o hace un movimiento determinado para moderar estímulos (gritos fuertes o toque moderado). Esto es como el estado de sueño típico. Tu amigo tomó unas cuantas cervezas más y está dormitando, pero puedes despertarlo.
Sedación profunda: el paciente no responde al estímulo sano o moderado, pero puede realizar un movimiento con un fuerte estímulo repetido. En este punto, la pérdida de los reflejos de las vías respiratorias o la inestabilidad cardiovascular pueden ocurrir y deben ser manejados por un especialista capacitado. Tu amigo tuvo demasiado y está “desmayado”, pero todavía respira un poco y si realmente lo forzas, puedes lograr que responda algo.
Anestesia general. No hay respuesta útil a un estímulo quirúrgico (se corta con un bisturí). Pérdida de reflejos protectores de las vías respiratorias e inestabilidad cardiovascular comunes en esta etapa. Requiere un anestesiólogo entrenado si quieres sobrevivir.