Dos grandes razones: la barrera hematoencefálica es difícil de atravesar y los hongos se parecen demasiado a nuestras células corporales como para que podamos explotarlas de la misma manera que lo hacemos con las infecciones bacterianas.
Normalmente es bueno que la barrera hematoencefálica sea difícil de penetrar, pero cuando tienes meningitis, representa un desafío especial. Algunos medicamentos penetran mejor que otros, pero siempre hay alguna porción que no logra pasar.
Los hongos, como el moho negro en los pulmones, el pie de atleta y el hongo de las uñas, son difíciles de combatir porque los antifúngicos también afectarán las células del cuerpo, por lo que ambos lados terminan recibiendo daño. ¿Has visto cómo algunos antibióticos solo pueden necesitar un curso de 5 días? Esto casi nunca es el caso de los hongos.